“SI NO HUBIERA SIDO POR LOS CABEZAZOS AÚN SEGUIRÍA SIENDO AGRICULTOR”
“Es grande quien en las dificultades ve una oportunidad de desarrollo”. Hace 13 años que Saúl Felles cambio la lampa y sus quehaceres del campo por un sueño “ser el propio gestor de su negocio”, y empezar desde abajo para ir colocando los ladrillos en la gran pirámide de la vida.
Así recuerda sus inicios este hombre nacido en la comunidad de Musga, distrito de Paccho “mi familia depende mucho del durazno y durante ocho años vendía la fruta a los comerciantes y fueron los cabezazos (falta de pagos ) lo que me obligó a optar por ingresar al comercio directo sin intermediarios. Fue gracias a los cabezazos por lo que me hice empresario, y la empresa FRUTIFELLES PERÚ tiene la política de cumplir estrictamente el pago a los productores y a su personal de trabajo”, señala con hablar pausado Saúl Felles.
En consecuencia, desde el año 99 su empresa se dedica a la exportación de durazno, enviando semanalmente 70 toneladas al Ecuador. En el país del Norte su hijo mayor se encarga de la distribución del producto que llegan muy bien empacados en cajas de 10 kilos.
Asimismo, entrega sus productos a los centros comerciales de la capital y a la empresa agroindustrial para la elaboración del néctares y frugos.
Para poder cumplir con sus compromisos comerciales cuenta con 25 personas que laboran en su planta acopiadora y calibradora de frutas. “Tenemos una máquina mecánica calibradora y apuntamos a adquirir maquinas automatizadas para el empaque, requisito para poder tener la certificación de empresa exportadora”, nos narra Felles Claros mientras observa el trabajo de su personal durante le proceso de selección, encerado y empaque de las frutas que llegan en camiones desde las zonas altoandinas de la provincia de Huaura.
PIENSA EN GRANDE
La empresa familiar FRUTIFELLES PERU tiene el gran reto de crecer en el mercado externo. Apunta a conquistar los mercados de Chile, Brazil y Colombia. Este sueño viene aterrizando a través de la alianza con el Proyecto de Alivio a la probreza (PRA) enseñando a cultivar a los productores “si bien hemos mejorado en varios aspectos de la producción y comercialización, aún hay deficiencias en el manejo de los cultivos por lo que contamos con el apoyo del PRA disponiendo de 10 ingenieros para la aplicación de las Buenas Prácticas Agrícolas a fin de alcanzar la uniformidad del durazno”, sentenció el gerente de Frutifelles Perú, quien nos recuerda que tiene a su segundo hijo estudiando ingeniería agronómica para darle asistencia técnica al negocio familiar.
Por lo pronto, se ha iniciado los trámites tanto en Chile como en el Perú a través del Senasa y obtener la certificación de exportación, en donde los organismos competentes de Chile llegarán a verificar la sanidad agraria.
Así, este sueño del negocio propio sigue creciendo no sólo en beneficio personal sino de todos los que siembran el durazno huayco rojo. La frontera agrícola y comercial de Frutifelles sigue creciendo.
