Tras dos años de etapa de exploración minera Invicta aún no inicia trabajos de explotación por problemas limítrofes de las comunidades.
Las comunidades altoandinas de la provincia de Huaura aún no superan los problemas de límites que se ha vuelto un escollo para que la minera INVICTA explote el mineral (oro) que hay en tierras de la comunidad de Lacsanga (Paccho) pero que obstinadamente la comunidad de Parán (Leoncio Prado) pretende adjudicarse. Además, se ha creado un Fente de Defensa del Medio Ambiente que explícitamente se opone al proyecto minero. Entre idas y venidas se conoce que según el grado de influencia de la actividad minera son millones de soles los que le correspondería por canon y regalías mineras a los gobiernos locales y con ello a las comunidades. ¿Se está preparado para esta gran inversión? O estamos frente al oportunismo de pocos y la postergación de muchos.
De iniciarse la explotación de minerales por parte de la empresa Invicta de Mining Corp Sac,la vida de los comuneros altoandinos ya no será la misma: para llegar a la etapa de extracción de oro, mucha agua ha pasado bajo el puente; talleres informativos, permiso de las comunidades, elaboración del Estudio de Impacto Ambiental, impugnaciones por problemas de límites entre las comunidades de influencia directa e indirecta... En fin, pasaron 2 años y aún la minera Invicta no inicia los trabajos de explotación. El camino se ha vuelto largo y abrupto, igual que la geografía agreste de nuestra serranía de la provincia de Huaura.
El punto crucial está es superar los problemas de límites entre las comunidades de influencia caso Lacsanga (Paccho) y Parán (Leoncio Prado), donde la primera, según documentos de propiedad y demarcación, tiene un aréa de influencia directa de aproximadamente 90 % de la explotación de los minerales (Cerro Pirahuay y predios de Puñucoto y Pariacoto); sin embargo, Parán argumenta lo contrario.
¿Por qué es importante definir la zona de influencia de la actividad minera? Muy sencillo, de acuerdo a ello se dará la retribución social en beneficio de las comunidades.
El pasado 05 de agosto del año 2010 la empresa minera Invicta informa que por concepto de Canon minero (11 millones) y regalías mineras (15 millones ) se estima que le corresponde a las municipalidades de Paccho y Leoncio Prado. Pero reitero, todo está en función del área de influencia. En consecuecia, se debe estar atento a que se respete los límites de las comunidades que por uso y costumbres se ha definido y se encuentran reconocidos por los organismos competentes (ex Cofopri cuya función de la delimitación de las comunidades campesinas es ahora competencia del Gobierno Regional de Lima). Otro punto que llama la atención es la creación del Frente de Defensa del Medio Ambiente que le ha bajado el dedo a la minería. Es saludable si hacen respetar los derechos de no a la contaminacion del agua y de la agricultura. Cuestionable, si sólo buscan intereses personales o protagonismo mezquinos o revanchismo pueriles.
No obstante, donde termina el derecho de uno, empieza el derecho de los demás; por eso es clave que las comunidades directa e indirectamente beneficiadas o perjudicadas evalúen concienzudamente si dan el visto bueno para la construcción de la minera y explotación de minerales.
Finalmente, ante el impase de los límites entre la comunidad de Lacsanga y Parán existe otra opción: la minera INVICTA ha planteado la compra de 214 hectáreas de la comunidad de Lacsanga (propiedad de la familia Claros). De concretarse esta compra -venta de terrenos quedaría con luz verde el proyecto de explotación de la minera Invicta; por lo que instamos a las comuneros a respetar la autonomía de sus pueblos sobre la cual se inicia el desarrollo o fracaso de sus comunidades.
