Las carreras de la comunicación deberían de impulsar la comunicación Ambiental.
En uno de mis viajes a la serranía de la provincia de Huaura, uno puede deleitarse de su accidentada carretera y disfrutar de fastuosos paisajes que nos transportan a una olvidada tranquilidad que el mundo urbano parece renunciar, más aún si la compañía es gratamente inolvidable. Innumerables los pueblos y la incansable visión de sus arbustos nos invitan al cambio oportuno de nuestra rutina diaria. Pero es inevitable olvidar que como seres humanos no somos conscientes que nuestro planeta sigue en total abandono. Para quienes somos profesionales de la comunicación es responsabilidad nuestra, transmitir lo que ocurre a nuestro alrededor.
Muchos de los comunicadores sociales interesados en la temática ambiental han facilitado al lector, una comprensión de información sobre bosques, agua, pesticidas, parques nacionales, ecoturismo, actividades petroleras, etc. Las carreras de comunicación deberían impulsar la Comunicación Ambiental porque nos permite tener un nuevo enfoque del desarrollo y superar esa visión tan difundida que contamos con enormes recursos. Vale remarcar que mientras se quiebre la base natural de nuestros recursos, se destruyan suelos, ecosistemas, la biodiversidad y se contamine nuestro ambiente, menores serán nuestras posibilidades para proyectarnos hacia un futuro promisorio.
Es el deber social del comunicador informar verazmente, para contrarrestar lo nocivo para el medio ambiente. Recuerdo que los niños y jóvenes que habitan por estas zonas de la serranía peruana -muchos de ellos sin zapatos pero cubiertos con ponchos que conforme pasaba el tiempo viene perdiendo su esencia y función de abrigo- buscan el gran desafío; un ancho camino de trabajo de gran responsabilidad social.
Los comunicadores debemos intervenir en los problemas sociales y ambientales de nuestras regiones, tenemos que difundir las temáticas que más afectan a nuestro entorno. Estos argumentos me hacen precisar y reflexionar que en nuestros pueblos, sólo se podrá cambiar con líderes responsables y conocedores de políticas de gestión ambiental de manera sostenible.
Son diversos los artículos publicitarios que buscan mejorar las condiciones de vida de nuestras futuras generaciones; más que un afán comercial, es precisar la importancia que los agricultores rescatan de los productos orgánicos como alternativa de vida saludable y sostenida, quizá por la desconfianza en la seguridad y producción de los alimentos convencionales.
Se consideran "orgánicos" aquellos alimentos, en general vegetales y frutas que en ninguna etapa de su producción intervienen fertilizantes, herbicidas o pesticidas químicos, así como tampoco en los suelos donde son cultivados.
Para algunos, la palabra "orgánico" significa nutritivo. Para otros significa alimentos más limpios y seguros; incluso, están quienes entienden por "orgánico" aquellos alimentos producidos sin causar polución o dañando lo menos posible el aire, la tierra y el agua. Es así que muchos de nuestros agricultores utilizan estas técnicas como calidad de vida sostenible.
Como decían los miembros de estas comunidades que la responsabilidad no sólo radica en el diálogo, sino en las acciones que se realicen, es importante establecer instalaciones proyectadas como centros de acopio, almacenamiento, procesamiento industrial, comercialización y mercadeo, la posibilidad de generar miles de empleos productivos y permanentes, a los componentes de las familias que habitan por estos lugares quienes necesitan de una vivienda digna y productiva, lo cual generará sin duda alguna un gran impacto positivo, en el sentido de que incidirá notablemente en la disminución de la elevada tasa de desempleo imperante en la región. Es por ello, que nuestros pueblos necesitan de una comunicación educativa y se les plantee formas de vida competentes y que contribuyan a un mejoramiento de los suelos de manera sostenible y promisoria.
Por: Lic. Henry Antonio Morales Gamarra
Por: Lic. Henry Antonio Morales Gamarra
