MuruWayru, Camotillo, Huayro Rojo, Peruanita y Huamantanga son las variedades de papas nativas certificadas
El Ministerio de Agricultura (MINAG) reconocerá a dos asociaciones de pequeños productores de la provincia de Huancavelica quienes lograron la certificación orgánica al cultivo de papa nativa y quinua, informó Jorge Sáenz Rabanal, asesor de la Alta Dirección del MINAG.
Explicó que esta certificación orgánica revalora el cultivo del tubérculo a través de abonos naturales que se obtienen de la descomposición de materia orgánica y bajo el control natural de las plagas, sin utilizar químicos o insecticidas.
La certificación de papa nativa por parte de la empresa certificadora alemana BCS Oko-Garantie, tras un arduo trabajo basado en prácticas ecológicas para las Normas Americana y Europea, se otorgó a 7 hectáreas ubicadas en la localidad de Mariscal Cáceres del distrito de Conayca, y la certificación de la quinua orgánica en la variedad hualhuas una hectárea en el distrito de Palca localidad de Chilhuapampa.
El Ing. Luis Felipe Córdova Meza, director del Proyecto “Papas Nativas” detalló que gracias a la asistencia técnica y conocimiento de nuevas tecnologías, por los especialistas del Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA) y del Centro Internacional de la Papa (CIP), los agricultores lograron duplicar el rendimiento de su producción.
El Ing. Jorge Sanz resaltó que la acreditación de la papa nativa permitirá ampliar nuevos mercados, señaló que el MINAG a través de la Dirección General de Competitividad Agraria (DGCA) viene sosteniendo conversaciones con los diferentes supermercados de la Capital para concretar la compra y venta de los tubérculos de manera directa.
El compromiso del MINAG es apoyar el trabajo realizado por los pequeños agricultores. Adelantó que a través del Programa de Compensaciones AGROIDEAS se buscará formular nuevos planes de negocios para la Adopción de Tecnología o incentivo para la Gestión.
Cabe indicar que Huancavelica tiene un potencial en la producción orgánica en las zonas alto andinas desde los 3,500 a 4,200 msnm, debido a que mantienen la costumbre ancestral de sembrar en laimis (después de la siembra las áreas de cultivo de una minicuenca o microcuenca, descansan por un periodo de tres años como mínimo para que se regenere y se trasladan a sembrar a otra minicuenca, esto continuamente después de cada campaña)