R e c i e n t e m e n t e , e l G o b i e r n o central anunció una inversión de S/.650 millones para implementar cuatro proyectos de irrigación en Ica, con la participación de una empresa privada, bajo el modelo de una asociación público-privada: la represa del Tambo, el canal Ingahuasi (que recolectaría más agua de Huancavelica para llevarla a Ica), los excedentes del Villo Pisco y el canal de Lanchas. A primera vista, esta noticia parece positiva, pero ha generado protestas en Huancavelica y entre los pequeños agricultores del valle de Pisco (Ica), pues la inversión estaría destinada a «seguir sosteniendo el potencial agro- exportador de Ica», según expresó el ministro de Agricultura, Juan Manuel Benites. Eso suena bien, pero ¿los agricultores familiares y las comunidades campesinas, en Ica y Huancavelica, acaso no deberían ser la prioridad en la inversión estatal?
La mayor preocupación para muchos iqueños es que no se conoce quiénes se beneficiarán en forma directa con la implementación de estos proyectos. Gustavo Echegaray —vicepresidente de la ONG Codehica (Comisión de Derechos Humanos de Ica)— advierte que los empresarios exportadores, principalmente de espárragos, serán los principales beneficiarios. «Solo en el valle de Ica, hay alrededor de 15 mil pequeños agricultores que no se beneficiarán con el trasvase de agua», alertó el especialista.
Los cuatro mil agricultores organizados en la junta de usuarios del distrito de riego de Pisco han advertido que no permitirán la ejecución de ningún proyecto que pretenda llevar agua del río Pisco hacia la zona de Lanchas y Villacurí, donde se concentran las tierras de los agroexprotadores. Los agricultores exigen que primero se ejecute el proyecto La Polvareda2, porque aseguran que dicha obra permitirá el embalse de las aguas del río Pisco en época de avenida y garantizará el suministro a los pequeños agricultores en época de estiaje.
MÁS CONFLICTOS POR EL AGUA EN EL HORIZONTE
El anuncio de esta millonaria inversión en proyectos de irrigación en Ica, ha provocado también rechazo en Huancavelica. Silvano Guerrero
—comunero de Carhuancho— advierte que «va a recrudecer el conflicto entre Ica y Huancavelica, por en estas zonas hay poblaciones que están netamente vinculadas y dependientes del recurso agua».
El antiguo conflicto hídrico entre Ica y Huancavelica es el resultado de una larga tradición costeña que ignora a los habitantes de las zonas altas de las cuencas, en beneficio de los habitantes de los valles y desiertos de la costa peruana, y, por lo expuesto, ahora tampoco se presta atención a las necesidades de los pequeños agricultores costeños en estos proyectos. Es necesario que el Estado peruano rompa con esa injusta tradición y se instale una mesa de diálogo para llegar a acuerdos en lo que respecta a los proyectos hidráulicos anunciados. Se deben escuchar las propuestas no solo de los agroexportadores, sino también de las comunidades campesinas y pequeños agricultores de ambas regiones.
De esta manera, se garantizará una distribución más equitativa de los beneficios de tales proyectos.
La solución del problema hídrico de Ica pasa por una disminución de la demanda de agua subterránea, con uso eficiente en riego y cambio de cédulas de cultivo con menor consumo de agua, como se recomendaba originalmente en el plan de gestión del acuífero del valle de Ica y pampas de Villacurí y Lanchas